
Al cumplirse el bicentenario de su fallecimiento, la fortaleza que vio como se consumían sus últimos días, es hoy testigo mudo del homenaje de un pueblo y unas instituciones hacia quien dio su vida defendiendo su patria y la libertad de sus gentes.
Para la exposición “Álvarez de Castro y su tiempo” –que en la actualidad y hasta el 18 de Junio se puede ver en el castillo de Figueres-, se ha conjugado algo difícil de ver en nuestros días, como es la colaboración entre el Ministerio de Defensa mediante la Subdirección General de Patrimonio Histórico-Artístico, y el Museo del Prado dependiente del Ministerio de Cultura.
Dicha colaboración se resume en la restauración de dos obras maestras de la pintura histórica del siglo XIX, como son “el gran día de Gerona” de César Álvarez Dumont y “el cadáver de Álvarez de Castro” de Tomás Muñoz Lucena, pinturas “estrellas” de la exposición, y que se encontraban en los almacenes de la pinacoteca nacional bastante deteriorados.

Además de la perdida de pintura y el deterioro de los barnices de los lienzos, la mayor parte del daño fue producido porque en algún momento de su almacenamiento fueron doblados como si fueran sabanas, lo que provocó las perdidas de pintura en las dobleces.
A la dificultad de trabajar con lienzos de grandes dimensiones –ambas superan los 3m x 3m-, se suma la de reparar las telas, fijarlas a los bastidores y tensar los lienzos, algo que el equipo de restauradores han superado con éxito.
