Mariano Benlliure (1862-1947), nuestro más insigne escultor monumental, y
de quien ya hemos hablando en anteriores actualizaciones, mostró, en su extensa
obra, el espíritu del soldado español a lo largo del tiempo en que le tocó
vivir, es decir, desde finales del siglo XIX hasta mediados del XX. En ella
reflejó los momentos críticos de la historia de aquella España: Guerras
Carlistas, África, las Colonias y la Guerra Civíl Española.
Sus retratos, cabezas y bustos,
solía realizarlos con gran rapidez bastándole por lo general tres sesiones de
trabajo ante el modelo para lograr obras definitivas en su género. Cuando
quería captar el alma de una persona huía de la inmovilidad de una sesión de
“pose” académica. Escogía por el contario que el modelo se manifestará con
absoluta naturalidad, moviéndose, hablando, dejándose llevar por su propia
mímica y gesticulación. Solo así captaba la expresión del ser vivo que quería
representar.
En 1910, se inició una estrecha y cordial relación entre Mariano Benlliure
y el Museo del Ejército, motivada en principio por la pasión y el celo del
coronel D. Hilario González, encargado del recien inaugurado Museo de
Infantería, por entonces dependiente de la Academia de Toledo. Esta fiel
amistad continuó con los diferentes mandos del Museo, ya unidas todas las armas
en el Museo Histórico Militar en Madrid, y culminaría en la entrañable
hermandad con su director el general D. Luis Bermudez de Castro.
Es por el valor de estas amistades
por lo que Benlliure donó entre 1940 y 1947 una importante cantidad de pequeñas
obras a este Museo, muchas originales, otras bocetos o maquetas de las que ya
eran monumentos y esculturas públicas repartidas por la geografía española.
Así, el Museo del Ejército atesora
pequeñas esculturas, relieves y bocetos de bronce como el dedicado al Teniente
Coronel Fernando Primo de Rivera, a Vaco Núñez de Balboa, al general Miguel
Primo de Ribera, Alfonso XII, general Franco, al Teniente Ruiz (con base de escayola
patinada en bronce) a Isabel la Católica, o su propio autorretrato; bocetos de
escayola patinadas en bronce, como el dedicado al “Regimiento Alcántara”;
bustos en bronce como los de los generales Sanjurjo, Contreras o Weyler, entre
otros.
No es extraño que el propio Museo
le dedicase esta inscripción:
“El Museo Histórico Militar a su protector Mariano Benlliure, patriota
insigne, genio de la Escultura y poeta excelso que al bronce y a la piedra hace
cantar las glorias españolas”
2 comentarios:
Gracias por la aportación,Luis.
Benlliure siempre me ha parecido un excelso artista que ha sabido "dar vida" a todas sus obras.
Saludos.JM.
Gracias a ti, Josito, por el comentario.
Un saludo
Luis
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