viernes, 14 de diciembre de 2012

Benlliure y la pequeña escultura del Museo del Ejército


Mariano Benlliure (1862-1947), nuestro más insigne escultor monumental, y de quien ya hemos hablando en anteriores actualizaciones, mostró, en su extensa obra, el espíritu del soldado español a lo largo del tiempo en que le tocó vivir, es decir, desde finales del siglo XIX hasta mediados del XX. En ella reflejó los momentos críticos de la historia de aquella España: Guerras Carlistas, África, las Colonias y la Guerra Civíl Española.


Sus retratos, cabezas y bustos, solía realizarlos con gran rapidez bastándole por lo general tres sesiones de trabajo ante el modelo para lograr obras definitivas en su género. Cuando quería captar el alma de una persona huía de la inmovilidad de una sesión de “pose” académica. Escogía por el contario que el modelo se manifestará con absoluta naturalidad, moviéndose, hablando, dejándose llevar por su propia mímica y gesticulación. Solo así captaba la expresión del ser vivo que quería representar.


En 1910, se inició una estrecha y cordial relación entre Mariano Benlliure y el Museo del Ejército, motivada en principio por la pasión y el celo del coronel D. Hilario González, encargado del recien inaugurado Museo de Infantería, por entonces dependiente de la Academia de Toledo. Esta fiel amistad continuó con los diferentes mandos del Museo, ya unidas todas las armas en el Museo Histórico Militar en Madrid, y culminaría en la entrañable hermandad con su director el general D. Luis Bermudez de Castro.


Es por el valor de estas amistades por lo que Benlliure donó entre 1940 y 1947 una importante cantidad de pequeñas obras a este Museo, muchas originales, otras bocetos o maquetas de las que ya eran monumentos y esculturas públicas repartidas por la geografía española.


Así, el Museo del Ejército atesora pequeñas esculturas, relieves y bocetos de bronce como el dedicado al Teniente Coronel Fernando Primo de Rivera, a Vaco Núñez de Balboa, al general Miguel Primo de Ribera, Alfonso XII, general Franco, al Teniente Ruiz (con base de escayola patinada en bronce) a Isabel la Católica, o su propio autorretrato; bocetos de escayola patinadas en bronce, como el dedicado al “Regimiento Alcántara”; bustos en bronce como los de los generales Sanjurjo, Contreras o Weyler, entre otros.


No es extraño que el propio Museo le dedicase esta inscripción:
“El Museo Histórico Militar a su protector Mariano Benlliure, patriota insigne, genio de la Escultura y poeta excelso que al bronce y a la piedra hace cantar las glorias españolas”

2 comentarios:

Josito dijo...

Gracias por la aportación,Luis.
Benlliure siempre me ha parecido un excelso artista que ha sabido "dar vida" a todas sus obras.
Saludos.JM.

lmesteban dijo...

Gracias a ti, Josito, por el comentario.
Un saludo
Luis